Cuando vamos al supermercado o hacemos la compra por internet nos encontramos con productos de todo tipo, desde naturales en su forma original hasta cortados o procesados de numerosas maneras. Es entonces cuando podemos diferenciar entre productos de distintas gamas.
En este post hablaremos sobre qué consiste la cuarta y quinta gama. ¡Empezamos!
¿Qué son las gamas alimentarias?
Por gamas de alimentos entendemos la forma de clasificar y agrupar los alimentos dependiendo de su origen y tratamiento. Es decir, es una manera de categorizar todos los alimentos en función de su origen, presentación y transformación desde su estado natural hasta su comercialización.
Un mismo producto como por ejemplo la verdura, se puede encontrar en el mercado presentado de diferente manera. Desde natural, sin ningún tipo de transformación, a cortada o en conserva, sometida a un proceso determinado. Estas transformaciones varían las propiedades, nutrientes, sabor y necesidades de conservación del alimento.
Productos de primera, segunda y tercera gama
De manera muy general, hablamos de productos de primera gama como aquellos que no han sido sometidos a ningún proceso de transformación, por lo que son alimentos frescos.
En la segunda gama encontramos las conservas, cuya característica principal es que se ha sometido a un proceso térmico para lograr su conservación. De este modo, poseen una caducidad superior a los alimentos de primera gama.
Por otro lado, en la tercera gama se encuentran los productos congelados, los cuales necesitan ser cocinados antes de consumirlos y poseen una fecha de caducidad elevada.
Alimentos de cuarta gama
La cuarta gama está formada por alimentos envasados al vacío o en atmósferas controladas. Los podemos encontrar cortados, pelados, envasados al vacío o en bolsas o recipientes en atmósferas controladas, listos para cocinar.
Con el paso de los años estos alimentos han ido ganando terreno tanto en supermercados, tiendas de alimentación como en restaurantes.
Algunos ejemplos son las bolsas de ensaladas, verduras peladas y cortadas. No han sido sometidos a procesos de cocinado como cocción, pero sí van preparados para utilizarlos de esa manera.
Estos alimentos necesitan refrigeración y ser consumidos en un plazo de unos siete días.
Alimentos de quinta gama
Los productos de quinta gama son aquellos que encontramos listos para consumir. Estos han sido elaborados, cocinados y envasados. En ocasiones, algunos de ellos solo necesitan ser calentados, como, por ejemplo:
- Nuestra amplia gama de aperitivos como croquetas, entrantes individuales, ensaladillas, callos, tortillas.
- Platos precocinados como cochinillo ibérico confitado, bacalao al pil pil, rabo de toro al vino tinto, pulled de carne, placas de carne, crepes, gratinados, lasañas, berenjenas rellenas…
Estos productos han sido sometidos a procesos higienizantes como la esterilización y pasteurización, garantizando su salubridad, seguridad y cualidades originales.
Este tipo de alimentos sirven de gran ayuda para ahorrar tiempos en cocina, eventos y para ampliar la gama de productos que ofrecemos en las tiendas de alimentación.
Beneficios de contar con distribuidores de cuarta y quinta gama
La mayoría de restaurantes y bares suelen contar con alimentos de las tres primeras gamas. Pero cada vez más son los que se atreven a dar el paso e incluir alimentos de cuarta y quinta gama debido a su alta calidad y a que muchos de ellos se consideran productos gourmet.
Ventajas de disponer productos de cuarta y quinta gama en hostelería
Existen diversas maneras con las que los hosteleros pueden conseguir la máxima rentabilidad en su negocio. Los alimentos de cuarta y quinta gama poseen un factor clave en ello:
- Reducción de la mano de obra y del tiempo de preparación.
- Rebaja los costes de cocinado y elaboración.
- Amplitud en la oferta de platos.
- Rapidez. Los alimentos de estas gamas solo necesitan ser terminados en microondas, plancha u horno en escasos minutos.
- Ahorro de tiempo. Solo necesita abrir, calentar y servir.
- Ofrecer la máxima calidad.
- Disminución del riesgo de inseguridad alimentaria al reducir la manipulación. Es decir, las situaciones que pueden dar lugar a contaminación cruzada son menores por lo que se minimizan los riesgos de toxiinfecciones alimentarias.
Del mismo modo, su conservación mediante envasado al vacío reduce la posibilidad de contaminación cruzada con otros alimentos durante el almacenaje, y al estar perfectamente etiquetados se identifican de forma rápida los ingredientes y posibles alérgenos que posee cada plato. De esta manera se puede mantener informada a la clientela ante cualquier intolerancia o alergia a determinados alimentos.
En Nicolás y Valero contamos con los mejores productos de cuarta y quinta gama del mercado. Ponte en contacto con nosotros y da el salto a un cambio del que no te arrepentirás. Calidad y seriedad que verás reflejados en tu negocio.